El uso de asbesto está prohibido en Venezuela desde hace 17 años. Las razones están claramente planteadas en el Convenio de Basilea, parte del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, y en la normativa nacional.
Investigaciones demuestran que el problema radica en las fibras de asbestos (o polvillo), que al ser inhaladas “pueden alojarse en los pulmones y generar complicaciones de salud”, explica el ingeniero Guillermo Bonilla, jefe de laboratorio de materiales y ensayos de la Escuela de Ingeniería Civil de la Universidad Católica Andrés Bello. El mineral, prohibido en más de 50 países, ha sido clasificado como un agente cancerígeno humano reconocido por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.
A pesar de sus riesgos, hoy por hoy quedan en el país algunos techos y tanques de aguas fabricados con dicho mineral. Bonilla asegura que son pocos, pero que aún existen. La mayoría, explica, se trata de estructuras que tienen más de 30 años de construcción.
Las fibras de asbesto son resistentes al calor, al fuego y a las sustancias químicas. De ahí que, en su momento, resultara tan atractivo para las industrias que aún no conocían sus graves efectos en la salud.
“El asbesto cemento vino a Venezuela en la década de 1950, de los países más avanzados. Ya en los 60, 70 estaban buscándose otro tipo de alternativas”, recuerda el ingeniero. Desde entonces, explica, ha sido sustituido por otros materiales como los fibrocementos.
Actualmente, existen compañías dedicadas exclusivamente a retirar el asbesto, señala Bonilla, quien recomienda realizar el cambio por razones de seguridad: “Si bien el techo o el tanque en sí mismo no representa un peligro para la salud, están hechos de un material que con el tiempo se irá quebrando”, y el problema, insiste, radica en el polvillo que se desprende una vez fracturada la pieza.
El profesor no pretende ser alarmista. Asegura que los casos que relacionan a pacientes de cáncer con el asbesto responden a trabajadores de la industria que mantuvieron una exposición prolongada con el mineral.
Recomienda, sin embargo, tomar previsiones a aquellos que cuenten con techos o tanques de asbesto.
