La depresión es un problema de salud mental que afecta a un 4% de las personas de todo el mundo, usualmente acompañado por trastornos ansiosos que cuestan billones de dólares anuales a la economía mundial por pérdida de productividad. Una de las mayores causas de esto es el desempleo, sin embargo, incorporarse a un ambiente de trabajo adverso puede convertirse en un detonante para estos padecimientos, teniendo consecuencias no solo en la salud mental de los trabajadores sino en el funcionamiento de la empresa.
La promoción y cuidado de la salud mental en el área laboral, así como el cuidado y atención correspondientes a las personas que padecen de alguna condición psiquiátrica, puede representar mejoras para el equipo y para la producción económica, por lo que es necesario conocer cómo actuar ante estas situaciones y además generar un ambiente de trabajo saludable.
Muchas veces, las razones por las que la salud mental de las personas se ve afectada tiene que ver con su ambiente laboral. El estrés y el desgaste emocional pueden, eventualmente, conllevar a problemas de salud mental mucho más graves, por lo que un entorno de trabajo sano es prioritario. Algunos de los factores que pueden poner en riesgo la salud mental en el trabajo son:
- Bajo nivel de apoyo a los empleados.
- Falta de comunicación.
- Prácticas ineficientes de gestión.
- Horarios de trabajo rígidos.
- Ausencia de control en su área laboral.
- Tareas asignadas que no corresponden a sus competencias.
- Cargas de trabajo permanentemente elevadas.
- Falta de trabajo en equipo o apoyo social.
- Acoso psicológico o intimidación en el trabajo.
Estas situaciones pueden verse incluso más agudizadas en los trabajos relacionados a personal humanitario o a trabajos técnicos que presenten emergencias.
La salud mental debe estar promovida y protegida por todos los directivos y trabajadores, así como las leyes que los regulan. El artículo 39 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (LOPCYMAT) dicta que todas las empresas “deben organizar un servicio propio o mancomunado de Seguridad y Salud en el Trabajo, conformado de manera multidisciplinaria, de carácter esencialmente preventivo”, mientras que el artículo siguiente afirma que entre esos deberes está “promover y mantener el nivel más elevado posible de bienestar físico, mental y social de los trabajadores y trabajadoras”.
Estos servicios deben tomar en cuenta tanto los factores laborales que afectan la salud mental como los personales, así como tratar de solucionarlos indiferentemente de su causa. Algunas medidas a tomar en cuenta para organizarlo son:
- Tomar conciencia del entorno laboral y de cómo puede mejorar la salud mental de los empleados.
- Revisar medidas exitosas adoptadas por otras empresas.
- Conocer las necesidades de los empleados, así como sus fuentes de apoyo.
- Aplicar las políticas y prácticas de seguridad adecuada para detectar síntomas como estrés patológico, enfermedades o abuso de sustancias.
- Informar a los empleados acerca de las formas ofrecidas por la empresa para pedir ayuda.
- Ofrecer programas de desarrollo profesional.
- Reconocer y recompensar las contribuciones de los trabajadores.
Cuidar la salud mental de los empleados representa ganancias tanto para ellos como para la empresa, un aumento de productividad y un espacio laboral sano donde todos pueden crecer y desarrollarse.