La sangre, ese silencioso hilo de vida que recorre nuestro organismo pero del que pocas veces tenemos conciencia de su importancia. Los índices de donación de sangre en promedio son menores al 10% de la población, e incluso en países de Latinoamérica no llegan a 3%.
Pero la donación de sangre no solo es importante para quien la requiere, también reporta grandes beneficios físicos al donante.
El consumo de azúcar, el cigarrillo, el estrés o el uso de aparatos que usan radiofrecuencia (como los teléfonos móviles) inciden en que la sangre se haga más densa y por tanto el flujo sanguíneo es más lento, esto se conoce como hipercoagulación, lo que nos hace más propensos a sufrir ataques cardíacos o accidentes vasculares. Al donar sangre dentro de los límites permitidos, el flujo sanguíneo trabaja con mayor facilidad y disminuye la densidad de la sangre.
El cuerpo humano necesita mantener ciertos niveles de hierro, que se encuentra principalmente en la hemoglobina, la proteína que transporta el oxígeno a los tejidos. Pero aunque la falta de hierro puede ser nociva para la salud, el exceso también es muy perjudicial para el organismo. Donar sangre favorece el equilibrio de los niveles de hierro en el cuerpo porque por cada unidad de sangre donada, se pierde aproximadamente un cuarto de gramo de hierro. Al contrario de lo que se cree, es más común el exceso de hierro en la sangre que los niveles bajos que conducen a la anemia o a las enfermedades inmunológicas.
Al donar sangre se extrae un mínimo de 450 ml del cuerpo. El organismo, específicamente la médula ósea, recibe esa información y empieza a producir más glóbulos rojos y blancos para que se oxigenen los órganos y tejidos. Para las personas que viven en lugares altos y fríos donde el oxígeno es más concentrado, la donación les ayuda a estabilizar sus niveles de hemoglobina.
Cada vez que donamos sangre nuestras muestras son analizadas, lo cual facilita el diagnóstico de cualquier enfermedad o deficiencia en el organismo que debamos atender. Cada donante se lleva una valiosa ficha informativa que contiene su tipo de sangre, el factor al que pertenece y con el examen sanguíneo se puede detectar alguna infección que no haya sido señalada previamente.
Como el cuerpo realiza un gran esfuerzo para recuperar esa sangre hay un gran consumo energético en cada donación. Después de donar, el organismo aumenta su producción de sangre por 48 horas y repone los glóbulos rojos de 6 a 8 semanas después de la donación. El cálculo estimado es que por un litro de sangre se pierden 1.300 calorías, por eso es importante que durante ese día y los siguientes se consuma una dieta saludable para reponer los nutrientes perdidos.
Una reserva de sangre puede hacer la diferencia en la vida y la salud de personas con cáncer, los que sufren patologías sanguíneas como hemofilia, puede salvar la vida en una cirugía, traumatismos o lesiones graves, personas con anemia o partos complicados. Cada banco de sangre procesa y fracciona el líquido para obtener componentes distintos como el concentrado de glóbulos rojos, de plaquetas y de plasma. Cada componente puede ser vital para otra persona. Tu sangre puede salvar la vida de alguien muy cercano pero también la de alguien desconocido.
Luego de conocer la idoneidad de la sangre y si no sufre de ninguna afección que lo ponga en riesgo, una persona puede ser donante varias veces. A los hombres se les recomienda donar cada tres meses y las mujeres cada cuatro porque tardan más en recuperar sus niveles de hemoglobina.
Para donar sangre debes cumplir con algunas condiciones mínimas:
- Tener buena salud
- Tener entre 18 y 65 años
- Pesar más de 50 kilos
- Tener la presión arterial dentro de los valores normales
- No haber tenido fiebre o alguna enfermedad en los últimos siete días
Es muy importante contestar con honestidad el cuestionario que te hacen antes de la donación para evitar la trasmisión de enfermedades a través de la sangre. Las personas que consuman drogas intravenosas; tengan relaciones sexuales sin protección con parejas ocasionales; se hayan realizado tatuajes, piercings o acupuntura recientemente; o hayan utilizado objetos cortantes no esterilizados no deberían donar sangre.