El lugar de trabajo puede ser un caldo de cultivo de enfermedades respiratorias, más si se trata de oficinas cerradas, con alfombras y sistemas integrados de aire acondicionado.
Las alergias, el asma y las irritaciones pueden aparecer -incluso si no se sufrieron en edades tempranas-, como consecuencia de la exposición excesiva a polvos, humo, gases, vapores o rocíos.
Estudios realizados por Sociedades de Neumonología en Latinoamérica estimaron que, en una jornada laboral de 40 horas semanales se introducen 14.000 litros de aire en las vías aéreas de una persona.
Una enfermedad respiratoria adquirida en el trabajo generalmente presenta sintomatologías comunes con compañeros de oficina, aunque estos lo hayan manifestado previamente.
Observa cómo se comporta el malestar repiratorio
Es necesario precisar cuándo comenzaron los síntomas, con qué frecuencia aparece el malestar, a qué hora del día los síntomas son peores, si se siente mejor en algún día de la semana en específico (fines de semana, por ejemplo) y de qué manera cree que los síntomas se relacionan con el ambiente laboral, por ejemplo: cuál es la ubicación del puesto de trabajo, si está más o menos expuesto que el entorno a salidas de aire, a sistemas de tuberías o está cerca de sitios donde se perciben olores fuertes desde el exterior.
Los males comunes pueden ser gripe, asma o irritación en la garganta. Pero también pueden aparecer otros más graves como bronquitis, neumoconiosis (por inhalación de polvo inorgánico), cáncer de pulmón y neumonitis (por hipersensibilidad a sustancias orgánicas), de acuerdo con los estudios hechos por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, en Estados Unidos. La institución recomienda consultar al médico desde el primer momento en el que presente algún tipo de tos persistente, ahogo, opresión en el pecho o silbido.
Pero ir al trabajo es una actividad diaria ineludible, entonces
¿Cómo prevenir enfermedades respiratorias?
